Los Refrescos

14 abril 2023

Crónica


Es una tarde calurosa del 25 de marzo del año 2023. El sol arrecia, hay mucha gente sin camiseta, aunque ciertamente, aquí no hay playa. Estamos en Ixtapaluca, Estado de México, mi hermano y yo. El recién cumplió veintiún años. En algunas semanas yo cumpliré veintisiete.

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Es el año 2008. Recién comienzo a cursar el primer año de secundaria. Mi amigo de toda la vida, y vecino además, no deja de compartirme compulsivamente la música que va descubriendo y descargando del legendario Ares. Escuchamos de todo: Nana Pancha, The Skatalites, Espantosas X, Bob Marley, Salón Victoria, No tiene la vaca, Laurel Aitken.

Es un cóctel, un mix musical que a mis breves doce años, resulta un mazazo del que nunca (espero) podré recuperarme.

Los nombres de las bandas de ska o reggae siempre fueron particulares. Y de entre todas esas bandas y esos nombres, hay uno vacilón y chistoso: The Refrescos. ¿Por qué una banda de ska se llamaría así? No lo sé, y aunque es seguro que en ese momento parte de la magia y el gusto se debió a tremendo nombre, los motivos de la admiración han sido montones.

Seguimos en el 2008. Tengo un amigo al que con mucho cariño voy a recordar como el carichi. En esos días, comenzamos a compartir la música, yo la mía, él la suya. En algún momento llegamos a escuchar “Aquí no hay playa”. Él me cuenta, recuerdo bien, que aquella canción y aquella banda la conoció por su tío. Todo lo que sabía de música era por él.

Un par de años después fue su tío quien le regaló unas botas Dr Martens blancas, las cuales recuerdo por un concierto donde un skinhead español se burló de ellas. No sabía que en realidad se burlaba del hermoso gesto de su tío, de nuestros días de secundaria escuchando a The Refrescos en la play station portátil del carichi; en todos los conciertos y pinchadas en las que bailamos juntos, y en la memoria de aquel tío que años después falleció de una enfermedad que arrastraba de tiempo atrás.

Los años de secundaria se volvieron preparatoria, universidad, y la música siguió y siguió. Fue entonces que mi hermano Aldo se volvió el compañero de conciertos. Heredero de algo tan inútil y valioso como mis gustos musicales, asistimos a escuchar cuanta música podimos. Ese camino nos trajo hasta el año 2023, donde el Festival Ixtapaluska coincidió con su cumpleaños y no solo eso, sino que la vida ponía a The Refrescos y Juantxo Skalari, en el mismo escenario.

El viaje de nuestra ciudad al lugar del evento contabilizó doce horas arriba del camión, debido a un accidente en la carretera. Tal suceso nos hizo llegar poco antes de las dos de la tarde al concierto, a poco más de una hora del show de la banda española.

¿Nuestro alimento? Dos cervezas tecate roja, y en mi caso, unas fumadas de marihuana. Pero la emoción lo llenaba todo: mi estómago, mis recuerdos y mi corazón.

Soy un loco total por la música. En los conciertos me fascina cantar gritando,  y procuro aprenderme o conocer todas las canciones que van a desfilar en el show. Con los Refrescos lo sentí todo diferente, totalmente a cualquier otro concierto en que haya estado.

Sí, de principio a fin me supe todas las canciones del repertorio. Pero esta vez no importaba si las conocía o no. Las escuché durante quince años, esperando tener la oportunidad de escucharlas en vivo alguna vez. Ese momento era el momento. Saltaba y reía de la emoción que resultaba para mí escuchar el soundtrack de mi vida. Arriba, en el escenario, Bernardo y compañía no imaginaban que entre toda aquella gente que les coreaba y aplaudía, un sujeto no cabía de la emoción por lo que estaba pasando.

¿cómo podrían imaginarse que con sus casi cuarenta años de trayectoria, del otro lado del mundo, existe una persona que estaba dispuesta a no morir hasta verlos en vivo? Así lo era, en ese momento asistí a una plenitud envidiable y muy probablemente, irrepetible. Fue un concierto breve, como en cualquier festival con el tiempo limitado. Pero eso no importó. Ni las horas eternas en el camión, el estómago vacío, el calor. Quince años resumidos en cincuenta minutos no tenían porqué tener un “pero”. Era un momento para disfrutar a Todo o Nada.

La vida es eso que me sucedió entre el aquínohayplaya.mp3 de Ares, y el Aquí no hay playa de aquella tarde del 25 de marzo del 2023.

Los Refrescos

Missael Delgado · Pura Paja Pura Yerba

Caballo