Lo hice por el punk!

18 julio 2022

Anécdota


“Se ha acabado

La droga que te dio el estado

Se ha acabado

Tu vida como un licenciado”

Belafonte Sensacional - Resistol

Año 2018. En ese momento de mi vida trabajo en una farmacia diagonal congal diagonal vinata, turno de la tarde. Entra un cliente y escucha que tengo a Ed Maverick en las bocinas (recién había sacado MPLTC) y me hace una pregunta que al día de hoy puedo considerarla parte de uno de los momentos que cambiaron mi vida: ¿has escuchado a Lázaro Cristóbal Comala?

Esa misma pregunta la he hecho yo, a partir de ese día y hasta ayer, sábado 16 de Julio que viajé a Guadalajara solo para verlo en concierto, junto a otro de mis sostenes vitales: Belafonte Sensacional.

Pocas veces la vida puede ponerse del lado de uno, o las coincidencias y la suerte llegan a montones y por todos lados. Hoy me siento afortunado. Pasaron cosas indescriptibles dentro de mí al escuchar que de la voz de Belafonte salían las siguientes palabras: “Esta canción se la quiero dedicar a Missael que me regaló unos dibujos muy chidos. Todos queremos cumplir nuestros sueños, aunque a veces se resistan, ¿dónde anda carnal?” y al levantar la mano toda la atención fue a parar conmigo, todos mirándome y yo sonriendo, pero chiveado: “oye nene/te hace falta Resistol/oye nene, te hace falta Resistol”, y sin saberlo en ese momento, no hay en esta etapa de mi vida una canción que me describa tanto.

Me cayó el veinte del porqué me gusta tanto el show del patrón Israel Ramírez (nombre de adeveritas del Belafonte) y es que la manera en que se adueña del escenario y hace lo que quiere con la música es una monstruosidad. La energía que desprende es la de 100 hombres y su show es la manera más pura que jamás he visto de hacer música. Debajo del escenario es persona, es barrio, es carnal. Una materia en la educación primaria sobre Belafonte Sensacional tiene más provecho que las clases de cívica y ética, por mucho.

Lázaro Cristóbal Comala es probablemente el bato más triste de todos. Afortunadamente está enfermo de felicidad, para nuestro deleite, y sigue acá porque encontró la manera de salvar su vida y la de muchos de nosotros con su música.

Cuatro años y poco más esperé para verlo con guitarra en mano, y un vaso con alcohol cerca de él. Sus canciones han definido momentos importantes de mi vida y me han acompañado en los días y, sobre todo, en las noches más tristes que pueda recordar. Elegí asistir al concierto con mi camiseta del Juan Cirerol, porque (y eso es muy idea mía) él, junto a Belafonte y Lázaro, son el rescate de la música mexicana. Con su guitarra han transgredido y cambiado al país musicalmente hablando sin importar si los escuchamos cinco o cien mil personas.

Ahora reparo más profundo en los recuerdos de esa noche y escuchar la voz de Lázaro contándonos su vida a través de canciones fue tan íntimo, tan personal como un amigo desahogando sus problemas junto a ti. Su voz fue la de todos, incluso de la chica que cantaba las canciones más tristes a todo pulmón mirando de frente a su novio. Qué imagen más bizarra verle cantando “adiós amor/que te haga bien a donde vayas/que abras más ventanas que la nuestra se cerró”.

Me tomé dos cervezas más por gusgo que por otra cosa, estoy dejando el pisto. Pero en ese momento no requería del alcohol o la grifa, la música que se tocó toda la noche fue embriagante de una rara combinación entre tristeza y esperanza.

“Vine a Guadalajara porque me dijeron que acá tocaba un tal Lázaro Cristóbal Comala…”

Lo hice por el punk!

Missael Delgado · Pura Paja Pura Yerba

Caballo